La capital uruguaya atraviesa una semana de extrema complejidad en materia de seguridad pública. En las últimas horas, un nuevo hecho de sangre ha sacudido al barrio Conciliación, sumándose a una lista de crímenes que parece no tener freno en el cierre del año 2025. Un joven de 30 años perdió la vida tras un ataque directo mientras participaba de una actividad cultural, convirtiéndose en una cifra más de una estadística que alarma a las autoridades y a la sociedad civil por igual.
La madrugada del jueves se vio interrumpida por la violencia en la intersección de José María Navajas y Aparicio Saravia. En ese punto del barrio Conciliación, un grupo de personas se encontraba realizando una "cuerda de tambores", una actividad profundamente arraigada en la cultura barrial uruguaya. Entre los participantes se encontraba la víctima fatal, un hombre de 30 años, acompañado por su tío.
Según los testimonios recogidos en el lugar, la jornada transcurría con normalidad hasta que un vehículo de color blanco irrumpió en la escena. Sin mediar palabra, desde el interior del automóvil se efectuaron varios disparos de arma de fuego dirigidos hacia el grupo. Uno de los proyectiles impactó de forma certera en el cuello del joven, mientras que su tío recibió un roce de bala en una de sus piernas.
El caos se apoderó de la zona de inmediato. En medio de la desesperación, los allegados de las víctimas lograron interceptar un taxi que circulaba por las inmediaciones. El conductor del vehículo de transporte aceptó realizar el traslado de emergencia hacia el Hospital Saint Bois, ubicado en el barrio Lezica.
El desenlace y la intervención policial
A pesar del esfuerzo por salvarle la vida, el destino del joven estaba sellado. Al ingresar al centro asistencial, los médicos de guardia constataron la gravedad de la herida en la zona cervical. Pocos minutos después de haber sido ingresado, se confirmó su fallecimiento. Por su parte, el tío del fallecido, quien presentaba una herida leve, manifestó su voluntad de no recibir asistencia médica formal, permaneciendo en el lugar para aportar los primeros datos a los efectivos policiales.
En el sitio del ataque, el despliegue de seguridad fue inmediato. Efectivos de Investigaciones de la Zona Operacional 4 se hicieron presentes para asegurar el perímetro. Durante el relevamiento de la escena, se encontraron varios casquillos de bala, los cuales fueron recolectados y analizados por los peritos de la Policía Científica. Estos elementos balísticos serán fundamentales para determinar el calibre del arma utilizada y si la misma guarda relación con otros hechos delictivos registrados recientemente en la zona oeste de Montevideo.
Este crimen no es un hecho aislado. La muerte en Conciliación se registra en un contexto de extrema violencia que ha puesto en jaque los operativos de seguridad en la ciudad. Desde la mañana del pasado martes 23 de diciembre, Montevideo ha sido escenario de una sucesión de asesinatos que no parece dar respiro. Con este caso, ya son ocho los homicidios registrados en un lapso de apenas 48 a 72 horas.
La frecuencia de estos ataques, muchos de ellos bajo la modalidad de disparos desde vehículos en movimiento, sugiere una dinámica de violencia que el Departamento de Homicidios intenta desarticular. La investigación de lo ocurrido en Aparicio Saravia y Navajas ha quedado bajo la órbita de dicha unidad especializada, que ahora busca identificar el vehículo blanco y establecer si existía un conflicto previo o si se trató de un ataque indiscriminado.
El barrio Conciliación, al igual que otras zonas de la periferia montevideana, observa con temor cómo los espacios de esparcimiento y cultura —como lo es una cuerda de tambores— son vulnerados por la criminalidad. La preocupación de los vecinos crece ante la impunidad con la que operan estos grupos, capaces de abrir fuego en plena vía pública sin importar la presencia de testigos o de familias.
Mientras la Policía continúa con las pericias y el análisis de las cámaras de videovigilancia de la zona, la ciudad se pregunta cuándo se detendrá esta racha de violencia que ha convertido la semana de Navidad en una de las más trágicas de los últimos tiempos en Uruguay.

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