Saneamiento en Uruguay: El ambicioso plan de OSE en jaque por millonarias complicaciones financieras

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Saneamiento en Uruguay: El ambicioso plan de OSE en jaque por millonarias complicaciones financieras

El ambicioso "Proyecto de Universalización del Saneamiento" de Obras Sanitarias del Estado (OSE), diseñado para llevar una cobertura de saneamiento seguro a 61 localidades del interior de Uruguay y mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos, se encuentra en un punto crítico debido a importantes complicaciones financieras. A pesar de ser una prioridad gubernamental, la iniciativa enfrenta un déficit de fondos y una compleja situación económica en la propia empresa estatal.

El plan, que busca elevar la cobertura de saneamiento en las localidades objetivo del 48% a un 68-70% , contempla una inversión estimada de US$ 422 millones para su primera etapa. Incluye la instalación de más de 800 kilómetros de nuevas redes de alcantarillado, la provisión de más de 55.000 conexiones domiciliarias y la construcción de hasta 48 nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales. Las obras, que inicialmente se esperaban comenzar en 2024, tienen un plazo de ejecución previsto de entre dos y cinco años.   

Sin embargo, el proyecto se ha visto frenado por una serie de desafíos económicos. El más apremiante es un déficit de financiamiento de US$ 100 millones que OSE aún no ha logrado asegurar, a pesar de las gestiones con FONPLATA y bancos locales . Esta brecha es la causa directa de la actual reevaluación del proyecto, que podría derivar en una reducción de las localidades beneficiadas o una extensión significativa de los plazos de ejecución .

A esto se suman las observaciones del Tribunal de Cuentas, que en dos ocasiones ha señalado que la adjudicación del proyecto comprometió gastos sin la disponibilidad presupuestal necesaria, contraviniendo la normativa vigente . Estas objeciones regulatorias no solo complican el avance administrativo, sino que también dificultan la obtención de nuevos fondos.

La situación se agrava por la compleja salud financiera general de OSE. La empresa enfrenta un "descalce financiero" de aproximadamente US$ 55 millones, lo que significa que sus ingresos proyectados son insuficientes para cubrir sus obligaciones a corto plazo . Además, la deuda de OSE para proyectos de inversión ha aumentado un 10% desde 2019, alcanzando los US$ 470 millones, pero sin un incremento proporcional en las inversiones efectivas . Esto sugiere que parte del nuevo endeudamiento podría estar cubriendo déficits operativos en lugar de financiar obras tangibles .

Los costos operativos también han crecido, con los gastos en tercerizaciones superando los US$ 70 millones desde 2020, y OSE no ha logrado cumplir con la solicitud de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) de reducir US$ 20 millones en gastos . 

Un factor clave que drena los ingresos de OSE es el alto porcentaje de agua no facturada, que asciende al 53.4% a nivel nacional, una de las cifras más altas de la región.   

Finalmente, la sombra del Proyecto Arazatí (Neptuno), una mega obra para el abastecimiento de agua potable en el área metropolitana, también impacta la capacidad financiera de OSE. Este proyecto, con un costo total que podría superar los US$ 1.000 millones y pagos anuales de hasta US$ 57 millones durante 17.5 años, ha sido calificado como una carga que podría "hipotecar" a la empresa . La renegociación de su financiamiento, directamente desde Presidencia , subraya la magnitud de su impacto en la capacidad de OSE para emprender otras inversiones cruciales, como el saneamiento en el interior.

La universalización del saneamiento en Uruguay, un derecho humano fundamental y un objetivo de desarrollo sostenible , se encuentra en una encrucijada. Las decisiones financieras y políticas que se tomen en los próximos meses serán determinantes para el futuro de este vital proyecto y para la salud financiera de OSE. 

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