Astrónomos franceses piden ayuda para encontrar un meteorito del tamaño de un durazno que cayó a la Tierra el sábado pasado

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La roca espacial, cuyo peso se estima en unos 150 gramos, fue captada cayendo cerca de Burdeos, al suroeste de Francia.




Astrónomos franceses instan a los aficionados a la observación del espacio a unirse a la búsqueda de un meteorito del tamaño de un durazno que iluminó el cielo de Francia el fin de semana pasado antes de caer a la Tierra cerca de la ciudad suroccidental de Burdeos.

La caída de esta bola de fuego fue registrada a las 21:43 GMT del sábado por las cámaras del proyecto Vigie-Ciel (Vigilancia del Cielo) de la Agencia Nacional de Investigación francesa, que rastrea fenómenos espaciales a través de un centenar de cámaras y receptores de radio distribuidos por toda Francia.

El cuerpo celeste se iluminó cuando se encontraba a unos 90 kilómetros de altitud y 15 kilómetros al este de la ciudad de Fleurance. Luego continuó una trayectoria en dirección noroeste hacia Marmande con una inclinación de 50 grados y se apagó a una altitud de 23 kilómetros en las proximidades de Aiguillon, a unos 100 kilómetros de Burdeos.

Los científicos asociaron este fenómeno luminoso con la entrada a la atmósfera terrestre de un meteorito procedente de las zonas exteriores del cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter a una velocidad de 21 kilómetros por segundo (más de 75.000 kilómetros por hora).

A partir de los datos disponibles, los expertos de Vigie-Ciel determinaron una zona donde es más probable que haya caído el meteorito y ya han lanzado una operación de búsqueda. Los astrónomos también emitieron solicitudes de ayuda en las redes sociales para los voluntarios que quieran unirse a la batida.

"Un meteorito fresco como éste, que cayó hace apenas unos días, no ha sido alterado por el medio ambiente de la Tierra y, por tanto, contiene información muy valiosa para los científicos", afirmó Mickael Wilmart, de la asociación de educación astronómica A Ciel Ouvert (Cielo Abierto), citado por AFP.

Al mismo tiempo, el científico admitió que las posibilidades de encontrar una piedra del tamaño de un durazno y un peso estimado de 150 gramos en un área tan amplia son bastante pequeñas. "Es un poco como buscar una aguja en un pajar", ​​señaló Wilmart.

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